Inauguramos sección boxística en NDM (nunca es demasiado tarde) con un combate para recordar entre el "Hijo de la Leyenda", Julio Cesar Chavez Jr., y el astro del cuadrilátero, Sergio "Maravilla" Martinez.
Un boxeador que peca de previsible en sus movimientos y de poseer una técnica más bien limitada, y que lo compensa con mucha intensidad, una gran envergadura, buena capacidad de encaje (siendo mejicano e hijo de quien es, esto se da por descontado), y sobre todo, una pegada precisa y fulminante (de sus 46 victorias, 32 de ellas por la vía del cloroformo). Para servidor, un claro ejemplo de boxeo tosco, poco vistoso para el espectador, pero efectivo, y tan digno como el que más.
El aspirante, por el contrario, es un esteta, un artista del noble arte. El argentino Sergio “Maravilla” Martinez, gusta, y se gusta sobre el ring. Dotado de una técnica exquisita, tiene un juego de pies envidiable, que le permite entrar y salir de las distancias a su gusto, unos desplazamientos laterales capaces de desarbolar a cualquier contendiente, además de una pegada considerable (49 victorias, 28 de ellas por knockout) y es capaz de lanzar combinaciones muy precisas, y, más importante aún, con mucha continuidad, producto de su excelsa preparación física. Es lógico que sea considerado uno de los tres mejores boxeadores libra por libra, junto a Manny Pacquiao y el gran Floyd Mayweather.
Muy recomendable recuperar su victoria con Kelly Pavlick (un tipo que parece algo desgarbado, pero un boxeador como la copa de un pino, con una pegada terrorífica 36-1-0 y 32 KO en ese momento), para ver a Martinez al mejor nivel posible, tocado por la varita, destapando el tarro de las esencias. Os dejo el combate completo en HD, lujazo vía youtube.
Recuperando el tema principal, sobre el combate por
el título de los pesos medios, hay que decir que El Hijo de la Leyenda, estuvo
a punto de empezar a escribir la suya con letras de oro.
A pesar de que durante los primeros 11 rounds del
combate, “Maravilla” Martinez dio un auténtico clinic de fundamentos de boxeo,
una lección magistral de inteligencia sobre el ring. Impactó con su jab al
menos un centenar de veces sobre el rostro del mejicano, y cuando no podía,
intentaba trabajarle el cuerpo, lanzó buenas combinaciones (aunque no tantas
como nos tiene acostumbrados), y siempre mantuvo el ritmo y el peso de la
pelea. Con esa filosofía de pegar y alejarse rápidamente, fue ganando asalto
tras asalto.
El defensor del título, intentaba no descomponer la guardia
(las contras de “Maravilla” son letales), y acorralar al argentino en las
cuerdas para tenerlo en la distancia en la que él es realmente peligroso, pero
Martinez mantenía muy bien la distancia con el jab y sus desplazamientos
laterales, y no se dejaba arrinconar. En las pocas ocasiones en las que JC
Chavez consiguió conectar golpes, se vio que realmente podía hacerle daño a
Sergio, aunque lo cierto es que probablemente JC Chavez no dispone actualmente de
los recursos necesarios para avasallar en un combate a Martinez, sí se le echó
en falta una actitud más agresiva. Martínez hizo lo que quiso con él, hasta el
punto de relajarse. Y ya se sabe lo que ocurre en el boxeo cuando uno se confía
y baja la guardia.
Al contrario de lo escuchado en la previa, el
combate no fue una guerra descarnada, en pocas ocasiones los contendientes se
abandonaron al intercambio de golpes, por el contrario cada uno de ellos
intentó llevar su táctica hasta el final. Martínez ganando claramente a los
puntos, esquivando las acometidas del mejicano, combatiendo de manera muy
inteligente, y JC Chavez esperando su oportunidad para dejar tieso al
aspirante, a la mínima que Martinez descuidara su guardia un momento.
Después del undécimo round, en el que Maravilla hizo
un asalto para la galería, lleno de bravuconadas, guardias francesas y fintas de
cintura, Chavez se dio cuenta (muy tarde) de que tenía el combate perdido, y que
sólo noqueando a Martinez conseguiría ganar el combate.
Obviamente, nadie esperaba a esas alturas del
combate otra cosa que no fuese un paseo triunfal por parte de Martinez, pero ocurrió lo que no había ocurrido durante
los once asaltos anteriores. Chavez decidió olvidarse de conservadurismos, y
fue con todo lo que tenía al encuentro de Martinez, buscando el ataque sin
medias tintas. Entonces pudimos disfrutar de uno de esos momentos mágicos que
tiene el boxeo, esos momentos que crean afición.
Chavez empezó a desgranar golpes, acosando a
Martinez, que se olvidó durante unos segundos de mantenerse en movimiento, o
quizá pensó que debía terminar en alto, venciendo a Chavez en su terreno. Un
error muy grave. Chavez lanzó un gancho con la derecha seguido de un uppercut
de izquierda. El primer golpe dejó a Martinez buscándose entre las cuerdas del
ring, el segundo impacto lo mandó directamente al suelo, ante la incredulidad
de los 20.000 espectadores del Thomas & Mack center de Las Vegas, y los
millones que lo seguían por PPV.
Martinez sacó su casta de campeón y superclase y supo
recuperarse y aguantar lo poco que quedaba de pelea en pie, y sin abrazarse a
Chavez (táctica poco decorosa utilizada por los boxeadores para perder tiempo
y/o recuperarse de un golpe), y ganó, además de manera más que justa, el
combate y el título. Pero la sensación es que si el combate hubiese durado un
round más, JCC JR hubiera dejado KO al argentino.
También nos queda la duda de qué podía haber pasado
si Chavez hubiese sido menos conservador y hubiese “despertado” un par de
asaltos antes.
Así, las espadas están en todo lo alto para la
previsible revancha entre estos dos magníficos púgiles.
Aprovecho para agradecer a La Noche del Boxeo
(programa hermanado espiritualmente con este blog) de Marca TV, y a sus
magníficos profesionales que nos acercan cada semana este deporte, una velada
como la de ayer, con magníficos y didácticos comentarios, ofreciendo boxeo de
muchos quilates en abierto. Ojalá puedan seguir así, porque son un oasis dentro
de la oferta televisiva relacionada con el deporte de este país.