martes, 29 de enero de 2013

Muerte de un rehén - RELATO CORTO


 Muerte de un rehén
RELATO CORTO
 DESAFORTUNADO AUTOR: ANTONIO RAYA




Espero que entiendas e incluso perdones, oh rehén mío, la desdichada suerte que has corrido a mi lado, tú que llegaste por casualidad, como dirían los de Amaral.

Corría una gélida mañana en la pintoresca localidad de Nerja, más gélida que de costumbre, a unos (soportables con una sola chaqueta) 12ºC, como augurando algo desolador, inminente y violento. Ya decían que madrugar no traía nada bueno, pero, por desgracia, nunca lo sabes hasta que no se masca la tragedia en tus propias carnes, bien mascada en este caso.

Tras hacer un breve reparto automovilístico de cámaras EOS 600D salva-culos a sus respectivos dueños (que ya era hora), dispúseme a cogerte de la mano para ponerte a salvo en mi hogar, oh miserable rehén, aunque tan preciado momento de intimidad se viese truncado por la aparición, en mitad de la calle, de un abuelo falto del cariño de su nieto, oh abuelo inoportuno.

Tras ofrecerle asiento en el coche a mi maquiavélico y octogenario pariente, con el fin de transportarlo a un lugar lejano, donde quién sabe si no perpetrará otras mil fechorías, no caí en la cuenta del peligro que corrías bajo el asiendo del copiloto, oh llorado rehén mío.

No fue hasta que no oí crujir tu estructura, quizá era tu propio corazón con forma de lata marca Marlboro, hasta que no supe que ya era demasiado tarde. El abuelo bad-madafaca involuntario, que carece el pobre de reacción instantánea o movilidad fluida, hundió su pie inmisericordemente en tu tapa mientras de fondo se oían mis gritos desesperados: 

- ¡¡¡¡Nooooo abuelo!!! ¡¡¡nooo!!!, ¡¡¡cuidao que no es mía!!!.. gritaba yo con el alma en vilo. 
- ¿He pisado algo?, preguntaba el involuntariamente perverso verdugo.

Hasta que no ví tus entrañas desparramadas por el suelo no lo asumí, pero sí, ya era demasiado tarde, te habías ido para siempre, oh mi rehén. Por suerte, tus órganos conformados por filtros OCB, tabaco de liar Chesterfield, y demás parafernalia intestinal, quedaron intactas, toda tu estructura destrozada sirvió de amortiguador.

Tan poco tiempo juntos, y tan gran vacío has dejado, de la peor manera.




Hora de la muerte: 11.00 AM del día vigésimo noveno del mes primero del año 2013. Descanse en paz tan inocente y descuartizada alma.

miércoles, 17 de octubre de 2012

jueves, 4 de octubre de 2012

Macho's Songs (5) Television

De entre todos los grandes grupos de rock de los setenta, pocos serían a la postre tan influyentes como los neoyorquinos Television, y casi ninguno se acercó a los geniales destellos de una banda que, a fin de cuentas, tenía el formato tradicional de dos guitarras, bajo y batería.

Si hoy en día los criticos no se ponen demasiado de acuerdo a la hora de ponerles una etiqueta, podemos imaginar el dislate producido en 1975, cuando salió su primera grabación en vinilo, el single "Little Johnny Jewel", un tema con ecos del Krautrock y de la tradición avant-rock de New York, ejecutado con la energía y la bilis de un grupo punk, pero con la maestría propia de músicos de estudio, sumándole a esta ecuación una querencia prácticamente pionera por la improvisación, hasta entonces recluída en el ámbito jazzístico.

Los más perezosos plumillas del mundillo musical dijeron "Ah, esto debe ser punk", etiqueta que les persiguió durante años, aunque cualquiera que dedique treinta minutos a Television se da cuenta de que se parecen tanto a los Ramones, como The Velvet Underground a La Orquesta Mondragón.

En realidad, es uno de los escasos grupo que merecen la coletilla de "adelantados a su tiempo". La influencia de Television se deja sentir partiendo del post-punk de finales de los 70 y años 80 pasando por la práctica totalidad de la new-wave, hasta la actualidad, con grupos como Mercury Rev o (más cercanos aún) The Strokes y Wilco, que no se entenderían sin las guitarras de Tom Verlaine y Richard Lloyd.

Escuchen, si les apetece, la grandiosa "Impossible Germany" de Wilco, y después "Marquee Moon", de Televisión, y ustedes mismos podrán unir los puntos.

Algunos visionarios advertían ya en 1977 (año de publicación del álbum "Marquee Moon"):

"This, Television’s first album is a record most adamantly, not fashioned merely for the N.Y. avant-garde rock cognoscenti. It is a record for everyone who boasts a taste for a new exciting music expertly executed, finely in tune, sublimely arranged with a whole new slant on dynamics, chord structures centred around a totally invigorating passionate application to the vision of centre-pin mastermind Tom Verlaine." (Nick Kent, NME, 1977)

(la canción empieza de verdad a los 6 minutos aprox)


domingo, 16 de septiembre de 2012

Boxing Night on NDM: Julio Cesar Chavez Jr. vs Sergio "Maravilla" Martinez


Inauguramos sección boxística en NDM (nunca es demasiado tarde) con un combate para recordar entre el "Hijo de la Leyenda", Julio Cesar Chavez Jr., y el astro del cuadrilátero, Sergio "Maravilla" Martinez.


                                                                                                                                             
En juego, el título de los pesos medios del CMB (Consejo Mundial de Boxeo) que defendía el mejicano Chavez Jr., invicto hasta la pasada noche.


 Un boxeador que peca de previsible en sus movimientos y de poseer una técnica más bien limitada, y que lo compensa con mucha intensidad, una gran envergadura, buena capacidad de encaje (siendo mejicano e hijo de quien es, esto se da por descontado), y sobre todo, una pegada precisa y fulminante (de sus 46 victorias, 32 de ellas por la vía del cloroformo). Para servidor, un claro ejemplo de boxeo tosco, poco vistoso para el espectador,  pero efectivo, y tan digno como el que más.

El aspirante, por el contrario, es un esteta, un artista del noble arte. El argentino Sergio “Maravilla” Martinez, gusta, y se gusta sobre el ring. Dotado de una técnica exquisita, tiene un juego de pies envidiable, que le permite entrar y salir de las distancias a su gusto, unos desplazamientos laterales capaces de desarbolar a cualquier contendiente, además de una pegada considerable (49 victorias, 28 de ellas por knockout) y es capaz de lanzar combinaciones muy precisas, y, más importante aún, con mucha continuidad, producto de su excelsa preparación física. Es lógico que sea considerado uno de los tres mejores boxeadores libra por libra, junto a Manny Pacquiao y el gran Floyd Mayweather.

Muy recomendable recuperar su victoria con Kelly Pavlick (un tipo que parece algo desgarbado, pero un boxeador como la copa de un pino, con una pegada terrorífica 36-1-0 y 32 KO en ese momento), para ver a Martinez al mejor nivel posible, tocado por la varita, destapando el tarro de las esencias. Os dejo el combate completo en HD, lujazo vía youtube.



Recuperando el tema principal, sobre el combate por el título de los pesos medios, hay que decir que El Hijo de la Leyenda, estuvo a punto de empezar a escribir la suya con letras de oro.

A pesar de que durante los primeros 11 rounds del combate, “Maravilla” Martinez dio un auténtico clinic de fundamentos de boxeo, una lección magistral de inteligencia sobre el ring. Impactó con su jab al menos un centenar de veces sobre el rostro del mejicano, y cuando no podía, intentaba trabajarle el cuerpo, lanzó buenas combinaciones (aunque no tantas como nos tiene acostumbrados), y siempre mantuvo el ritmo y el peso de la pelea. Con esa filosofía de pegar y alejarse rápidamente, fue ganando asalto tras asalto.
El defensor del título, intentaba no descomponer la guardia (las contras de “Maravilla” son letales), y acorralar al argentino en las cuerdas para tenerlo en la distancia en la que él es realmente peligroso, pero Martinez mantenía muy bien la distancia con el jab y sus desplazamientos laterales, y no se dejaba arrinconar. En las pocas ocasiones en las que JC Chavez consiguió conectar golpes, se vio que realmente podía hacerle daño a Sergio, aunque lo cierto es que probablemente JC Chavez no dispone actualmente de los recursos necesarios para avasallar en un combate a Martinez, sí se le echó en falta una actitud más agresiva. Martínez hizo lo que quiso con él, hasta el punto de relajarse. Y ya se sabe lo que ocurre en el boxeo cuando uno se confía y baja la guardia.


Al contrario de lo escuchado en la previa, el combate no fue una guerra descarnada, en pocas ocasiones los contendientes se abandonaron al intercambio de golpes, por el contrario cada uno de ellos intentó llevar su táctica hasta el final. Martínez ganando claramente a los puntos, esquivando las acometidas del mejicano, combatiendo de manera muy inteligente, y JC Chavez esperando su oportunidad para dejar tieso al aspirante, a la mínima que Martinez descuidara su guardia un momento.


Después del undécimo round, en el que Maravilla hizo un asalto para la galería, lleno de bravuconadas, guardias francesas y fintas de cintura, Chavez se dio cuenta (muy tarde) de que tenía el combate perdido, y que sólo noqueando a Martinez conseguiría ganar el combate.


Obviamente, nadie esperaba a esas alturas del combate otra cosa que no fuese un paseo triunfal por parte de Martinez,  pero ocurrió lo que no había ocurrido durante los once asaltos anteriores. Chavez decidió olvidarse de conservadurismos, y fue con todo lo que tenía al encuentro de Martinez, buscando el ataque sin medias tintas. Entonces pudimos disfrutar de uno de esos momentos mágicos que tiene el boxeo, esos momentos que crean afición.


Chavez empezó a desgranar golpes, acosando a Martinez, que se olvidó durante unos segundos de mantenerse en movimiento, o quizá pensó que debía terminar en alto, venciendo a Chavez en su terreno. Un error muy grave. Chavez lanzó un gancho con la derecha seguido de un uppercut de izquierda. El primer golpe dejó a Martinez buscándose entre las cuerdas del ring, el segundo impacto lo mandó directamente al suelo, ante la incredulidad de los 20.000 espectadores del Thomas & Mack center de Las Vegas, y los millones que lo seguían por PPV. 






Martinez sacó su casta de campeón y superclase y supo recuperarse y aguantar lo poco que quedaba de pelea en pie, y sin abrazarse a Chavez (táctica poco decorosa utilizada por los boxeadores para perder tiempo y/o recuperarse de un golpe), y ganó, además de manera más que justa, el combate y el título. Pero la sensación es que si el combate hubiese durado un round más, JCC JR hubiera dejado KO al argentino.

También nos queda la duda de qué podía haber pasado si Chavez hubiese sido menos conservador y hubiese “despertado” un par de asaltos antes.

Así, las espadas están en todo lo alto para la previsible revancha entre estos dos magníficos púgiles.

Aprovecho para agradecer a La Noche del Boxeo (programa hermanado espiritualmente con este blog) de Marca TV, y a sus magníficos profesionales que nos acercan cada semana este deporte, una velada como la de ayer, con magníficos y didácticos comentarios, ofreciendo boxeo de muchos quilates en abierto. Ojalá puedan seguir así, porque son un oasis dentro de la oferta televisiva relacionada con el deporte de este país.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Tres series que vendrán... o no


Homeland 1ª temporada 


                                                                                                               
La cadena norteamericana de televisión por cable Showtime suele ofrecer ficción bastante decente, incluso en ocasiones se da el gusto de apostar por series con cierto riesgo y superiores a la media (Dexter, Nurse Jackie, Weeds). Por supuesto, Showtime no es la HBO, y aquí prima la audiencia y el espectador medio, lo que suele ir en detrimento de la calidad de sus propuestas (aunque esto no es una ley).

 

Dentro de estas excepciones a la norma que tiene la cadena, se puede encuadrar perfectamente Homeland, un muy bien resuelto thriller de larga duración con espionaje, acción, tensión, supuestos agentes dobles, y alguna que otra sorpresa.

Escuetamente, la trama comienza cuando unos Delta Force consiguen rescatar a un soldado (Damian Lewis) capturado y encarcelado durante ocho años por los amiguetes de Bin-Laden. En su vuelta a casa, un agente de la CIA (Claire Danes) cree que durante su cautiverio se ha cambiado de bando, y que ahora es un terrorista en potencia.

Así que, la mayor parte de esta primera temporada es un juego del ratón y el gato entre el soldado que trata de reconducir su vida, el agente que intenta descubrir la verdad, y lo que va descubriendo el espectador a cuentagotas y/o mediante flashbacks de la vida de sus protagonistas. Tranquilos, no abusan del flashback, apenas tres o cuatro en toda la temporada, sólo en secuencias determinantes.

El montaje de la serie está perfectamente estructurado y aunque los primeros cuatro o cinco capítulos sean un tanto tediosos y con un par de escenas gratuitas, encuentran su razón de ser (se sustentan exclusivamente, de hecho) en las subtramas interpersonales, que sirven como aproximación a la psicología de los personajes. El hilo principal de la historia toma el relevo a mitad de la temporada para ya no soltarlo, y es ahí donde Homeland alcanza los mayores picos de tensión, cuando los cabos sueltos empiezan a unirse, y el propósito coge forma. A pesar (o por causa) del ritmo sereno del inicio de la temporada, cuando la serie entra en combustión, es un auténtico tobogán de adrenalina y diversión palomitera.



Algunos espectadores suelen confundir el nivel de adicción que puede causar una serie con su calidad. Que una serie tenga ganchos o cliffhangers del tamaño de un 747, no quiere decir per se, que la serie sea buena. No me vale estar 42 minutos aburrido, y sofocarme en los últimos tres por cualquier astracanada de guión que haga que el espectador muerda el sofá. De ser así, estaría enganchado a los putos culebrones, los auténticos especialistas.

 Afortunadamente, no es el caso de esta serie. La trama está lo suficientemente bien hilada como para que no haya (descontando los primeros capítulos) tramos muertos, y los personajes están trabajados. Aunque al principio reflejen simples arquetipos, su evolución es paulatina, paralela al desarrollo de la serie, y poco a poco entran en contradicciones, llenándose de aristas, chocando entre sí, y resultando mucho más complejos de lo que parecían en un principio.

Otro de los puntos fuertes (quizá lo mejor) de la serie es lo buenos que son los dos actores protagonistas. Tanto la actriz Claire Danes (una fuerza de la naturaleza), como Damian Lewis (brillante en su contención), le dan lustre a una producción que sin ellos perdería buena parte de su potencial.
La guinda del pastel, en un plato muy de mi agrado, es la banda sonora, repleta de jazz de los grandes. Davis, Coltrane, Monk…



La impresión final no puede estar más en desacuerdo con la primera impresión que tuve respecto a esta obra audiovisual. Si al principio era “otra chorrada yanqui para audiencias masivas”, ahora es más bien “un entretenimiento de primer orden con algunas secuencias memorables”.

Entretenimiento, ¿eh?, no busquéis otra cosa.

Ya disponible su segunda temporada en inglés. La ley Sinde dice que tal, pero el cuñado de mi primo segundo dice que una vez alguien le dijo que la primera temporada se encuentra subtitulada en The Pirate Bay, para bajar por torrent.

The Newsroom 1ª temporada (¿y última?)



Una serie de la HBO, con Aaron Sorkin a los mandos, y Jeff Daniels como protagonista. ¿Qué podía fallar?

La premisa es interesante: ¿Qué pasaría si una cadena de televisión decidiera contar las noticas “de verdad”? Es decir, contrastando fuentes, siendo objetivos e imparciales, investigando, hablando con todas las partes implicadas, vaya, todas esas cosas que se supone vienen en el manual del buen periodista, y que cuando sale de la facultad se las pasa por el forro de los cojones, por aquello de ande yo caliente, ríase la gente.
Así que tenemos a Aaron Sorkin en el terreno que más le gusta, la política (7 temporadas del Ala Oeste de la Casa Blanca dan fe de ello), con el sello y libertad habitual de las producciones de la HBO y un buen reparto (Jeff Daniels, Emily Mortimer, Jane Fonda, el gran Sam Waterston).



Y cuando la serie se dedica exclusivamente a los vaivenes políticos y su relación con los medios, es magnífica. Lástima que sólo ocupe unos diez minutos por capítulo. Más o menos el tiempo que Jeff Daniels (conductor del informativo) está “On Air” entrevistando a sus invitados, que pasan por ser miembros del Tea Party, inspectores petrolíferos o segundas clasificadas de miss Oregón, según el día. Ahí es cuando Sorkin saca a relucir su maestría en los diálogos. Todo esto, aunque basándose en hechos reales y decisivos de la historia más reciente norteamericana, no deja de ser un poco tramposo, por hacerlo a toro pasado, y siendo tan oportunista como de costumbre suele serlo Aaron Sorkin. Pero se le podría perdonar.



Lo que ya no es tan admisible es la ausencia de una trama principal estable (la serie da unos bandazos insoportables de un capítulo a otro), la vergonzosa planicie de unos personajes que parecen sacados de una sit-com de tercera fila, la falta de carisma (o apatía, directamente) que traslucen los actores, los amagos forzadísimos de splastick de la serie (cuando uno recurre a lo de “personaje entra y se cae” algo falla), y en general, todos los momentos en los que no aparece Daniels delante de una cámara.

En sus peores minutos, la verborrea de Sorkin en boca de actores desganados, hablando de gilipolleces, hace recordar a Las Chicas Gillmore. Qué coño, Las Chicas Gillmore era mejor que esto. 

¿Qué podía fallar? Pues todo.

Fracaso, descrédito, y “shame on you!” para toda persona partícipe de esta mediocridad. Quizá no fuese tan mala, si las expectativas no fuesen tan altas….

Únicamente recomendable a los MUY Aaronsorkianos, o a los MUY interesados en cómo funciona (y como debería funcionar) una redacción de noticias (aunque hay ejemplos mil veces mejores, Primera Plana (The Front Page), a bote pronto).

Luck 1ª Temporada (y, esta vez sí, última)

Back to business

Otro fiasco de dimensiones épicas para HBO, sobre todo porque era su serie estrella de la temporada, porque los responsables eran nada más y nada menos que David Milch (Deadwood) en un mano a mano con el gran Michael Mann (Heat, El Dilema) que además dirige con su pulso y estilo habitual el primer episodio (lo mejor de la temporada), porque el reparto era estelar, literalmente; Dustin Hoffman, Nick Nolte, Dennis Farina, Michael Gambon, John Ortiz o Jill “Crossing Jordan”  Hennessy entre otros. Y porque la serie sin ser una maravilla dejaba finalmente buen sabor de boca y ganas de más.

 Great actors everywhere

Una vez se acostumbraba uno a su ritmo extremadamente pausado, a sus personajes parcos en palabras, su hosquedad y frialdad general, y a la jerga de las apuestas de caballos (otro mundo), resultaba muy fácil disfrutarla a fuego lento. Y aunque no sucedieran demasiadas cosas, los personajes eran carismáticos y las diversas tramas iban ganando interés conforme se desarrollaba la temporada.

Desgraciadamente, parece ser que entre el desorbitado coste por capítulo de la producción, ciertas acusaciones de crueldad animal (murieron un par de caballos retirados durante el rodaje, no está claro si por desconocimiento de los productores o por querer exprimir a las pobres bestias hasta el último aliento), y la pobre audiencia del show (500.000 espectadores. La basura de NAVY: Investigación Criminal, consigue 17’7 millones por capítulo), la HBO dijo, que naranjas de la china, ni Michael Mann, Dustin Hoffman ni hostias, serie cancelada. 

 The horse is mine, you son of a bitch

Vosotros jodisteis a los caballos, y los caballos os joden a vosotros, supongo que será justicia poética.

Si alguien quiere catar esta obra maldita, reivindicable y fallida (como esos discos que se revalorizan con el tiempo), puede encontrarla fácilmente.



miércoles, 22 de agosto de 2012

Tony Scott, el último Boy Scout Parte II

A grandes rasgos, podríamos dividir a los directores de cine en dos categorías: el director de cine clásico y el auteur.

La primera categoría engloba a aquellos directores que crearon los cimientos del propio cine, (el estilo invisible, Howard Hawks, John Ford), y aquellos actuales con tendencia al clasicismo, al formalismo (Steven Soderbergh, Eastwood), y por norma geneneral, y con una nota de desdén, a aquellos directores que forman parte del sistema (herencia del Studio System de los años dorados de Hollywood), y pueden saltar de registro a conveniencia del productor de turno, que suele confiar en que los valores del/la franquicia/blockbuster no se verán alterados por ramalazos autoriles, lo que en la jerga futbolística se suele llamar "ataques de entrenador", o "guardioladas" más concretamente. Por estos motivos, en caso de que se haga una segunda parte de "Los Juegos del Hambre" (un poner), Aki Kaurismäki no podría ser el director.

La segunda categoría, la de los auteurs, es obviamente la contraria a la del supuesto "funcionario del cine", arriba descrita. Se les presupone a los auteurs (la culpa es de los franceses) una mirada más íntima, personal e intransferible a la hora de realizar su trabajo, una cuota de libertad mucho más amplia en sus registros, y una interferencia mínima por parte de los "malvados" productores. Cuando Hitchcook realizó junto a Salvador Dalí la onírica Spellbound (1945) podemos decir que engañó a unos cuantos de ellos. Al igual que cuando Scorsese vendió a la Warner esa oda al cine que es "La Invención de Hugo" como un cuento Disney de ciencia ficción con robot amoroso de por medio.

¿Son categorías excluyentes?-No.
¿Los auteurs son mejores cineastas y hacen mejores películas por definición?-Ni de broma.

Tony Scott era un artesano del cine, se movía como pez en el agua con los encargos de las productoras. Con guiones infumables (Top Gun, Días de Trueno, Fanático) construyó auténticos hitos generacionales, y cuando no, salvó el cuello como pudo. Nadie se acuerda demasiado de los diálogos de Top Gun (afortunadamente), y la trama era más simple que el mecanismo de un botijo, pero las escenas con los aviones eran la puta hostia. Como si un carpintero creara sus mejores obras con aglomerado.

Esto es, sacar de donde no hay.

To be continued...

lunes, 20 de agosto de 2012

Tony Scott, el último Boy Scout (1944-2012) Parte I



—¿Vienes solo? 
—No, con los putos niños cantores de Viena.

El Último Boy Scout - Joe Hallenbeck/Bruce Willis- Tony Scott - 1991 


La frase podría resumir la filosofía del cine de Scott. Hay algunos axiomas inquebrantables en sus películas. Uno de ellos, debería ser de obligado recordatorio (que se lo tatúen, si es necesario) para todos sus colegas; "Jamás aburriré al respetable". Puede que alguna de las películas de Tony te parezca una mierda (con lo cual, puede que tengas criterio, pero aquí, eres persona non grata), aunque no será por "lenta, aburrida, peñazo, mazacote, ladrillo..." No, el problema del cine de TS no era el ritmo de sus películas. Dominaba el tempo fílmico con maestría inigualable. 

Tomaba el pulso de la historía, y la reanimaba, la paraba durante cinco segundos, y después le metía 200 mg de adrenalina. A veces, uno sentía hasta vértigo. Como en la montaña rusa. "That's entertainment"


 - I feel the need... the need for speed.

Top Gun - Maverick/Tom Cruise- Tony Scott - 1986


- ¿Que si eso ya lo hace el puto Michael Bay en sus películas/enajenaciones?- ¿Y a quién cojones crees que le robó el estilo?-.

Otra regla del cine de Tony; "No busques el plano perfecto, no existe. En vez de ello, pon todos los que se te ocurran. Pero sin repetir, y con estilo". Genio del montaje, último bastión de "la regla de los 30º", superdotado técnicamente... Para muestra, un botón.


-You know you want it.

Domino - Domino/Keira Knightley- Tony Scott -2008

Nótese que la escena de Domino podría haber sido una grandísima gilipollez. Y quizá lo sea, pero tiene más clase que las últimas tres películas de Ridley Scott juntas. De acuerdo, Prometheus tiene una gran escena, la del paritorio improvisado. 

Elige 10 minutos cualquiera de los 127 que dura Domino, y verás quién tiene más inventiva visual. Película psicotrópica, arriesgada, y emocionante. Tres cosas que ha perdido el cine del hermano mayor, y tres cosas que hemos perdido nosotros como espectadores.


No, el cine de Tony Scott no era dado a las sutilezas.

To be continued...