miércoles, 17 de octubre de 2012

jueves, 4 de octubre de 2012

Macho's Songs (5) Television

De entre todos los grandes grupos de rock de los setenta, pocos serían a la postre tan influyentes como los neoyorquinos Television, y casi ninguno se acercó a los geniales destellos de una banda que, a fin de cuentas, tenía el formato tradicional de dos guitarras, bajo y batería.

Si hoy en día los criticos no se ponen demasiado de acuerdo a la hora de ponerles una etiqueta, podemos imaginar el dislate producido en 1975, cuando salió su primera grabación en vinilo, el single "Little Johnny Jewel", un tema con ecos del Krautrock y de la tradición avant-rock de New York, ejecutado con la energía y la bilis de un grupo punk, pero con la maestría propia de músicos de estudio, sumándole a esta ecuación una querencia prácticamente pionera por la improvisación, hasta entonces recluída en el ámbito jazzístico.

Los más perezosos plumillas del mundillo musical dijeron "Ah, esto debe ser punk", etiqueta que les persiguió durante años, aunque cualquiera que dedique treinta minutos a Television se da cuenta de que se parecen tanto a los Ramones, como The Velvet Underground a La Orquesta Mondragón.

En realidad, es uno de los escasos grupo que merecen la coletilla de "adelantados a su tiempo". La influencia de Television se deja sentir partiendo del post-punk de finales de los 70 y años 80 pasando por la práctica totalidad de la new-wave, hasta la actualidad, con grupos como Mercury Rev o (más cercanos aún) The Strokes y Wilco, que no se entenderían sin las guitarras de Tom Verlaine y Richard Lloyd.

Escuchen, si les apetece, la grandiosa "Impossible Germany" de Wilco, y después "Marquee Moon", de Televisión, y ustedes mismos podrán unir los puntos.

Algunos visionarios advertían ya en 1977 (año de publicación del álbum "Marquee Moon"):

"This, Television’s first album is a record most adamantly, not fashioned merely for the N.Y. avant-garde rock cognoscenti. It is a record for everyone who boasts a taste for a new exciting music expertly executed, finely in tune, sublimely arranged with a whole new slant on dynamics, chord structures centred around a totally invigorating passionate application to the vision of centre-pin mastermind Tom Verlaine." (Nick Kent, NME, 1977)

(la canción empieza de verdad a los 6 minutos aprox)